Aunque una obra de arte o una creación valga más que mil palabras de su creador; quienes ven, escuchan y sienten un producto o servicio cultural necesitan saber claramente: cuál es su valor económico, dónde se puede encontrar, en qué se diferencia de otras obras con una promesa similar y de qué manera se puede reproducir y compartir.
Si te dedicas a la industria creativa y cultural, probablemente cuentes con un portafolio: una herramienta esencial para comunicar esta información alrededor de tus creaciones que influye en la decisión de consumo de tus públicos. Pero, ¿te has preguntado si esta herramienta aún es efectiva?